La salud de la columna vertebral es bastante importante para el mantenimiento de la calidad de vida de todos los seres humanos. En ese contexto una protusión discal se presenta como uno de los mayores desafíos para garantizar este objetivo. Al mismo tiempo, un aspecto lamentable de este tipo de diagnósticos es que pocas personas saben de qué se trata una protusión discal, cuáles son los síntomas que la definen ni mucho menos están enterados de que hay un tratamiento que puede evitar su empeoramiento.
Por esa razón desde Centro Fisia te traemos esta publicación en la que te detallamos todo lo que necesitas saber sobre una protusión discal. Esto lo hacemos con la intención de que puedas identificar su existencia de forma oportuna o al menos de que tengas en cuenta la importancia que tiene el cuidado de tu columna vertebral para evitar la proliferación de este tipo de problemas.
¿Qué es una protusión discal?
Una protusión discal es un problema físico que está bastante relacionado con el paso del tiempo. Esto tiene que ver con el hecho de que los sobreesfuerzos pueden provocar que el anillo fibroso se vuelva menos resistente y elástico con el paso de los años.
En ese contexto el núcleo pulposo del interior de estos anillos se desplaza desde el centro del disco hacia las periferias del mismo y esto termina provocando una protuberancia que se conoce como protusión discal. Debes tener muy presente que una protusión discal no es lo mismo que una hernia, aunque si es cierto que ambos problemas pueden darse a nivel cervical, dorsal o lumbar.
De hecho, se puede decir que una protusión discal es la antesala a la existencia de una hernia discal. Y es que cuando un anillo fibroso llega a romperse por completo entonces deja libre el paso al núcleo pulposo para que salga al exterior del anillo y en este caso ya estaríamos hablamos de una hernia discal. El cual es un diagnóstico mucho más complejo, de carácter irreversible y con consecuencias más significativas en la salud del paciente.
Ten presente que las protusiones discales más comunes para la mayoría de las personas son las que se producen entre las vértebras L4 y L5 y entre L5 y S1 en el tramo lumbar de la columna vertebral. Si se trata de una protusión discal a nivel cervical entonces se darían entre las C5 y C6 y las C6 y C7.
¿Cuáles son los síntomas de una protusión discal?
Por suerte una protusión discal en sus etapas iniciales y más básicas no suele presentar ningún síntoma significativo para la mayoría de los pacientes. Como máximo puede generar una pequeña sensación de incomodidad que llega a sentirse como un problema de una mala postura.
Esto se debe a que los discos intervertebrales no tienen nervios y la única forma de que una protusión discal genera dolor es que entre en contacto directo con los nervios que se encuentran en el exterior. Lo cual no es algo demasiado usual. Eso también significa que los síntomas de una protusión discal no empezarán a sentirse hasta que alcance un tamaño tan significativo que le permite estar en constante contacto con alguno de los nervios cercanos a las vértebras en donde está ubicada.
Ya para ese punto es posible que los síntomas vayan desde un dolor en la parte baja de la espalda conocido como lumbalgias hasta adormecimientos que llegan a los glúteos y a las piernas. Es posible que haya limitaciones en los movimientos por una sensación de rigidez e incluso que se desarrollen contracturas musculares.
Debes tener muy en cuenta que las molestias provocadas por una protusión discal casi siempre se presentan en la zona cervical o en la zona lumbar. Por ello cuando el origen del dolor es cervical los síntomas irradian hacia el brazo. Eso mientras que si es una protusion lumbar entonces lo hace hacia la pierna.
Tratamientos existentes para un protusion discal
Hoy en día una protusión discal puede ser tratada desde un enfoque fisioterapéutico o médico. En la mayoría de los casos la fisioterapia moderna es más que suficiente, ya que puede ayudar a eliminar los factores de riesgo que están llevando a una presión de los discos intervertebrales. Los cuales a su vez generan esta inflamación.
Dentro del enfoque fisioterapéutico hay un montón de elementos de gran ayuda para un caso de protusión discal, pero los más relevantes son la reeducación postural, la manipulación vertebral y la termoterapia.Por suerte en nuestra clínica de fisioterapia te ofrecemos una amplia gama de tratamientos para una protusión discal con el fin de garantizar resultados favorables sin importar qué tan grave sea tu caso. Pide ya tu cita, estaremos encantados de poder ayudarte a cuidar de tu salud vertebral y evitar la llegada de una hernia discal.